Declaramos Issac, que tú eres la bendición para tus padres. El llanto, tristeza, y dolor se torna en alegría. Es un decreto, amen.
Esperaremos el día cuando estemos ante la presencia de Dios, contemplando su rostro cara a cara, y encontrarte ahí junto a Él.
Te amamos desde antes de conocerte. Cuando escuchamos tus primeros latidos, sentimos que tu corazón palpitaba junto al nuestro.
Nuestros brazos rodearon tu cuerpecito. Mas ahora son los brazos de Jehová quien te abrazan.
Con amor: Alejandro e Iveth López.